Sobre Marie Kondo, tirar cosas y consumir sin pensar
No se si estarás al tanto de fenómeno Marie Kondo pero me da que algo te sonará ya que en los últimos meses se ha hablado mucho y muy intenso en redes e incluso en periódicos debido a su serie en Netflix.
¿Pero quién es Marie Kondo?
Por si andas perdida/o, Marie Kondo es una experta japonesa del orden. Su método y sus libros la han conducido hacia el éxito colocando el orden y el minimalismo como premisa para alcanzar la felicidad. A grosso modo, Kondo habla de conservar sólo lo que nos haga felices y desprendernos de lo todo lo demás (ropa, zapatos, decoración, libros, papeles, útiles del baño y cocina… etc).
Yo no he leído sus libros pero la conocí hace un tiempo leyendo sobre minimalismo y hablando con personas que habían practicado su método y les había cambiado “la vida”. En esas conversaciones no sólo se hablaba de desprenderse de cosas, se hablaba de modificar hábitos de consumo, de comprar menos y mejor (menos ropa, menos accesorios, menos decoración… al fin y al cabo menos y más reflexionadas compras) y yo no puedo estar más de acuerdo con eso.
La reflexión ha llegado un tiempo después, con la Occidentalización a la americana del método en Netflix que por un lado creo que busca el espectáculo (cuantas más bolsas de ropa, zapatos o trastos para tirar/donar mejor) y por otro que se centra en el resultado (antes y después) y no en el proceso o en el “click” mental que ha de producirse para valorar y mantener este, al fin y al cabo, estilo de vida.
Como te decía antes, el método KonMarie tiene un mantra: “Conserva solo lo que te haga feliz y despréndete de lo demás” y yo sólo puedo pensar en lo peligroso de esa frase si nos quedamos en lo superficial.
En un mundo de capitalista y consumista como el que vivimos este enfoque hace preguntarme ¿cómo reaccionarán y ejecutarán las personas que lo vean?
- ¿Aligerando armarios y estanterías de cosas que no les hacen feliz para llenarlas de cosas que sí, hasta dentro de 3 meses que vuelvan a hacer orden?
- ¿Llenando bolsas y bolsas de trastos de los cajones que nunca sirvieron para nada y volviendo al día siguiente con una bolsa llena de cositas cuquis del Tiger que no sabrán aún para qué usarán?
- ¿Limpiando la nevera y despensa de botes, latas y bolsas de comida caducadas por estar al fondo y a continuación ir a la compra sin lista y sin checkear qué ingredientes tenían ya en casa?
Con esta reflexión no quiero que se entienda que critico al método, creo que el orden es un potente y necesario punto de partida para darnos cuenta de cómo y cuánto consumimos, y que quedarnos y destacar únicamente el resultado final poco nos va a enseñar sobre mantener esa felicidad ordenada en el tiempo.
Por ejemplo respecto a la comida, a todos nos ha pasado eso de descubrir alguna zanahorias medio podrida porque que se quedó olvidada en el frigorífico, o tirar un tupper entero de comida que se puso malo porque “no me apetecía”. O bien darnos cuenta de que las latas de maíz del fondo del armario llevaban 2 años caducadas porque no las vi detrás de una veintena de latas y botes de conserva que compré por si caía un meteorito.

La movida es que el desperdicio al final lo sufrimos todos: Nuestras mentes felices, nuestro bolsillo, nuestro vertederos, nuestros océanos y ríos, los trabajadores en malas condiciones, el planeta y la industr… ah no, esos no perderán.
La tele, la publicidad y la sociedad nos dicen constantemente: “compra esto, eso y aquello porque sí, porque te hará feliz” y “cuanto más mejor”. Por lo que te invito a que si te animas a “ordenar tu vida” te pares a darle una vuelta y replantearte:
- Porqué narices me compré otro par de botas negras si tengo 4 en el armario
- Si compro la oferta de 3×1 del super ¿voy a comerme realmente todo eso o acabará caducado en la despensa?
- Qué hay en mi nevera antes de hacer la compra (y comprar sin hambre)
- ¿De verdad necesito un abrigo nuevo que me haga conjunto con el pantalón que me compré ayer?
- ¿Cómo puedo darle una 2ª vida a eso que “ya no me hace feliz”? ¿transformando? ¿arreglando? ¿donando? ¿regalando?
Y bueno, quizás escriba a Marie Kondo para ver qué le parece si modificamos su mantra por uno un poco más largo (y con menos gancho):
“Compra sólo lo que realmente necesites, te haga feliz y no le haga mal al planeta. ¡Ah! y antes de comprar mira a ver si lo tienes ya en casa”