UMA intimates · Lencería ética
No recuerdo cuándo fue que me di cuenta de que he crecido aprendiendo a gustar más que gustarme, a ser complaciente con los hombres, a estar siempre a la altura (físicamente hablando y dentro de los estándares marcados): Ser y estar guapa para los demás, para ser y ser vista, para abrirme camino.
Descubrir esto me causó un gran shock que me hizo desvincularme bastante mi cuerpo, rechazar mi sensualidad y omitir cualquier comportamiento que pudiera exponerme en ese sentido.
Todo esto ocurrió durante la transición hacia un modo de vida más sencillo y menos consumista en el que me creí que no había cabida para estos temas. Y también sucedió en el proceso de hacerme hueco en el mundo de la fotografía, en el que tenía claro que quería se viera mi trabajo y no a mi.
Pasé de creer que la belleza y la sensualidad eran la llave, a la creencia de que una mujer sensual y bella era menos: menos profesional, menos creíble o menos inteligente (del capitalismo al machismo y tiro porque me toca).
En mitad de estos pensamientos incómodos y de profundos cambios vitales, recibí una propuesta de UMA intimates invitándome a crear lo que quisiera a partir de uno de sus conjuntos de lencería ética. Mi primer pensamiento fue “ni de coña, qué va a pensar la gente”. Pero me di unos días porque en realidad algo me cosquilleó en las tripas.
Investigué la marca que es bella y coherente al milímetro, desde la elección de materiales, diseño y producción hasta el packaging y el envío, una maravilla. Y me entraron muchas ganas de fotografiar, de hacerlo desde un punto de vista que no suelo hacer. Realmente su invitación era el motivo perfecto para crear unas “fotos de inflexión” en las que verme con nuevos ojos y empezar a diseñar un concepto de sensualidad que primeramente me complaciera a mi. El momento perfecto para hacer un trabajo diferente y atreverme a mostrarlo soltando miedos y creencias limitantes
Desde luego ha sido terapéutico y expansivo a nivel creativo. Y tremendamente jodido he decir, el proceso de verme (y ya lo de exponerme ni os cuento). Pero estoy orgullosa de ellas y de mi por haber comenzado esta nueva manera de ver.